Según el Dr. Ken Clark, cada paso que das al esprintar desde la aceleración hasta el final de una carrera de 100 ó 200 metros, o lo que sea, necesitas aplicar suficiente impulso vertical. El impulso es el producto de la fuerza y ​​el tiempo. Es la fuerza aplicada durante un período de tiempo. Necesitas aplicar suficiente impulso vertical para soportar tu peso corporal, de manera que no colapses, y elevar tu centro de masa (CM) al siguiente paso.

Así que necesitas aplicar suficiente impulso vertical para soportar tu peso corporal en el transcurso de un paso (de un tiempo de contacto y de vuelo). A medida que corres más rápido, los tiempos de contacto se acortan cada vez más y son cada vez más breves. Tienes menos tiempo para aplicar fuerza. Esto significa que, a medida que los tiempos de contacto se acortan, la fuerza debe aumentar cada vez más. La cantidad de fuerza vertical que aplicas con cada paso aumenta cada vez más. De igual manera, si consideramos a dos atletas estando en igualdad de condiciones, el más rápido aplica más fuerza vertical que el más lento. Podemos resumirlo así:

Menor tiempo de contacto → Más fuerza vertical → Más velocidad

Los estudios del Dr. Peter Weyand establecieron esto conceptualmente. En el gráfico de la izquierda, vemos la velocidad en metros por segundo. Todo, desde un trote lento hasta un sprint de nivel élite con tiempos de contacto con el suelo más cortos. A la derecha vemos la fuerza vertical normalizada en unidades de peso corporal. Si pesas 90 kg (lo cual lamentablemente ocurre), un peso corporal equivale a 90 kg, dos a 180 kg y tres a 270 kg. Esto es un poco simplificado, pero entiendes la idea.

Una mayor velocidad no se trata sólo de mayor fuerza. Se trata de una mayor velocidad de aplicación de fuerza: más fuerza aplicada con mayor rapidez. Para quienes realizan entrenamiento de fuerza y ​​acondicionamiento, esto no es una sorpresa. El estímulo que se busca no es sólo la fuerza en sí. La mayoría de las veces es la velocidad de aplicación de fuerza porque es lo que se transfiere al rendimiento atlético.

Si observamos lo que sucede con cada paso, y observamos a un velocista de competición que puede alcanzar los 11 metros por segundo (más de 24 millas por hora) versus a un atleta de deporte de equipo (un atleta no velocista), podemos observar estos dos gráficos. Observamos las fuerzas verticales en el eje “y” normalizadas al peso del cuerpo o pesos corporales, y tenemos el tiempo de contacto en el eje “x”. Lo que es interesante es lo que está sucediendo en la segunda mitad del contacto con el suelo en dirección vertical. Esto es diferente en una dirección horizontal, pero en la dirección vertical la segunda mitad del contacto con el suelo no es diferente entre los que son atletas de deportes de equipo y de velocidad promedia frente a los que son velocistas de élite y muy rápidos. Así que lo que sucede desde la mitad hasta el final en el empuje no es muy diferente. Pero lo que sucede durante la primera parte del contacto con el suelo es muy diferente. Las personas que son más rápidas aplican más fuerza en la primera mitad del tiempo de contacto con el suelo que las personas que no son tan rápidas. Nuevamente, esta velocidad de aplicación de fuerza marca la diferencia entre ser muy rápido y no tan rápido. La diferencia en esa velocidad de aplicación de fuerza radica en cómo golpean el suelo (mecánica del golpeo).

Referencias bibliográficas:

  • Holler T. [Coach Tony Holler]. (2022). Ground Contact Time and Vertical Force
    [Vídeo].
    Recuperado de
    https://youtu.be/Um2l6x4gzl8?si=EAd3ROqkyPw9-pok
  • Weyand, P. G., Sternlight, D. B., Bellizzi, M. J., & Wright, S. (2000). Faster top running speeds are achieved with greater ground forces not more rapid leg movements. Journal of applied physiology (Bethesda, Md. : 1985)89(5), 1991–1999. https://doi.org/10.1152/jappl.2000.89.5.1991
  • Weyand, P. G., Sandell, R. F., Prime, D. N., & Bundle, M. W. (2010). The biological limits to running speed are imposed from the ground up. Journal of applied physiology (Bethesda, Md. : 1985)108(4), 950–961. https://doi.org/10.1152/japplphysiol.00947.2009
  • Clark, K. P., & Weyand, P. G. (2014). Are running speeds maximized with simple-spring stance mechanics?. Journal of applied physiology (Bethesda, Md. : 1985)117(6), 604–615. https://doi.org/10.1152/japplphysiol.00174.2014


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