El músculo esquelético es un tejido capaz de hacer un amplio rango de demandas funcionales, desde realizar movimientos de gran precisión para los que se requiere poca fuerza, hasta contracciones máximas, pasando por el mantenimiento de la postura del cuerpo. Esta versatilidad se debe, en parte, a la existencia de varios tipos de células o fibras musculares, que poseen características funcionales, metabólicas y moleculares distintas.

Los diferentes tipos de fibras se encuentran en proporciones variables dentro de cada músculo. Así, cada uno de ellos es un mosaico con diversas proporciones de los distintos tipos de fibras, lo que le confiere propiedades especiales y una perfecta adaptación a la tarea funcional para la que está destinado.

Actualmente la clasificación de las fibras musculares se realiza en función del tipo de miosina (MHC, por sus siglas en inglés) presente en la célula y de la velocidad de acortamiento de la fibra. En el ser humano están presentes tres tipos de miosina:

  • MHC-I
  • MHC-IIa
  • MHC-IIx
Características de los diferentes tipos de fibras musculares (modificado).

En algunos grupos musculares están más presentes unos u otros tipos de fibras musculares, lo que hace que algunos sean de contracción más lenta (tienen una mayor proporción de fibras tipo I), como el sóleo, mientras que otros lo son de contracción más rápida (tienen una alta proporción de fibras tipo II), como el tríceps braquial.

Distribución de fibras lentas (tipo I, ST) y fibras rápidas (tipo II, FT) en diferentes grupos musculares humanos. El porcentaje de fibras es la media de todas las capas (profundas y superficiales) de cada músculo. Los porcentajes pueden variar entre individuos.
Distribución del total de fibras musculares en diferentes modalidades deportivas

El reclutamiento de los diferentes tipos de fibras musculares ocurre según el Principio de Henneman, que expone que tanto la intensidad de la fuerza de contracción muscular como la velocidad de acortamiento está directamente relacionada con la magnitud de la señal neural enviada.

Además de la magnitud de la señal neural, también se cree que la duración de la señal neural es importante. Cuanto más larga sea la duración de la señal neural, más tiempo permanecerán activas las unidades motoras y, consecuentemente, las fibras musculares reclutadas, produciendo de este modo fuerza durante un período de tiempo más largo y generando un mayor gasto energético por unidad de tiempo.

Principio de Henneman de orden de reclutamiento de unidades motoras por tamaño. En la gráfica izquierda se observan fibras tipo IIAB y IIB porque el experimento fue hecho con modelo animal (los seres humanos no poseen fibras tipo IIAB ni IIB).

Referencias bibliográficas:


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